Admiro
a
Betinho, hacía tiempo que no le seguía y mientras me estaba
actualizando, este cartel me ha desconcertado. No conozco sus
argumentos, pero por sus afirmaciones me atrevo a suponer lo que
quiere decir.
Comparto
la idea de que la percepción es creación, pero esa creación
depende del grado de profundidad de tu conciencia.
Los
objetos son neutros, solo tienen el significado que nosotras
les damos, condicionadas por la superficialidad de la inconsciencia
egoica.
Nuestra
percepción es dualista o mejor dicho, está dualizada por
nuestra creencia en la ilusión de la forma y la separación,
creencia de que somos un cuerpo separado de los demás y del mundo,
de que somos un cuerpo en relación con el mundo, en relación con
Dios.
La
ilusión se basa en la idea egoica de quien creemos ser, pero esta
idea egoica se basa en la sensación de carencia de amor que buscamos
solventar afuera de nosotras. Lo que percibimos está condicionado
por nuestra creencia en la separación que crea la ilusión de miedo,
miedo a no ser amada, reconocida, aceptada… que en definitiva es
miedo a la inexistencia, miedo a no ser, miedo a morir.
Los
objetos no dependen de la percepción de la conciencia, pero sí
podríamos decir que todo es nuestra conciencia, la Mente de Dios.
La
percepción que tenemos de los objetos, depende de la importancia que
les damos, que a su vez depende de la importancia que nos damos. Eso
es lo que nos da significado, lo que crea la idea que tenemos de
nosotras mismas.
La
dimensión espaciotemporal, el mundo, los objetos, no son una
ilusión. La ilusión es la creencia basada en la separación, en la
inconsciencia, el olvido de Quien somos.
Si
somos Una, somos todo, no existimos en relación a algo. Podemos
percibir el mundo, el “afuera”, como un reflejo de nuestro
“interior”, pero esto solo ha de ser un ejercicio de toma de
consciencia para percibir que el afuera es nuestra Mismidad,
que en realidad nada importa más que el desapego que nos permite
Amar, porque somos Amor, somos Una, somos Dios. Reconocer plenamente
Quien somos y que todo Es Amor es Despertar, es la percepción
Verdadera.
Si
somos Dios o una extensión de Dios en el espaciotiempo, significa
que, a pesar de lo que creemos percibir, somos ilimitadas,
atemporales, divinas… Por tanto, el tiempo solo nos afecta de forma
ilusoria y eso significa que ya estamos Despiertas, –pero como dice
el Taoísmo, no tenemos que hacer nada–, no tenemos que
buscar iluminarnos y Despertar, solo reconocerlo aquí y ahora,
profundizando en nuestro corazón, para ser conscientes de nuestro
sentir, afinar el cuerpomente para Ver Paz, para Ver la Luz en
nuestra Hermana y en nosotras mismas, para salir de la sombra, de la
inconsciencia del egocentrismo, para desapegarnos de la
ilusión, del sueño de quienes somos, del sueño que creemos
percibir.
La
percepción es creación y no ilusión cuando empiezas a reconocer la
Verdad en ti, en tu Hermana y en el mundo. Este cambio de percepción,
esta nueva mirada basada en el desapego y en el amor incondicional,
crea una experiencia diferente, pues es una percepción que se acerca
a la Verdad y que deja de alimentar la ilusión.
Para
dejar de alimentar la ilusión has de reconocer que nada tiene
significado, que nada ilusorio importa. Este desapego te permite
trascender el velo egoico de la importancia personal y crear un
estado de gozo, Paz y armonía, la iluminación.
La
energía que expresa el cuerpomente crea o atrae o condiciona una
experiencia u otra. Cuanta más consciencia y profundidad tienes en
la apertura de tu corazón, menos superficialidad egoica distorsiona
o condiciona o crea tu percepción y por tanto, tu experiencia.
La
iluminación es un proceso creativo que depende de tu capacidad de
desapegarte del ego, pero esta no está libre de sus distorsiones e
interrupciones. No se trata de poner la atención en el ego, sino en
la profundidad de tu sentir, tu capacidad de expresar y Ver Amor.
Para
Amar parece que hay que esforzarse, pero al Amar reconoces que todo
es más fácil, que todo fluye sin resistencia. Lo único que opone
resistencia es el miedo, el ego, el apego a quien crees ser. Por
tanto, no se trata de resistirte al ego, sino de Amarlo. El Amor es
lo que nos acerca a la percepción de la Verdad, la percepción de
que todo es Amor, de que todo es Dios y nada más Es.
Terapeuta
gestalt y estudiante de Un curso de milagros.