El Yin Yang no solo simboliza la complementariedad sino la completitud



 



El Yin y el Yang es un símbolo del Taoísmo que muestra que la ilusión que percibimos en el mundo no es real. Nuestra percepción es dualista o mejor dicho, está dualizada por nuestra creencia en la ilusión de la forma y la separación, creencia de que somos un cuerpo separado de los demás y del mundo, de que somos un cuerpo en relación con el mundo, en relación con Dios. 

El Taoísmo, creyendo apuntar en la buena dirección, realmente apuntaba a dos direcciones. Con la tergiversación de este símbolo se justifica la idea de las fuerzas o polaridades complementarias. Esta idea se ha de reformular para que no de lugar a equívocos. Es un paso adelante reconocer que todo lo que vemos afuera está en nosotrashablo de forma inclusiva y lo explico en el artículo «Más que como hombres y mujeres, tratémonos como personas»– y que podemos reconocer en nosotras los opuestos que hemos rechazado en nuestra identificación. Esta toma de conciencia de nuestras polaridades complementarias es básica para tomar consciencia de nosotras mismas y desapegarnos de nuestro egocentrismo. Al darnos cuenta de que no somos solamente de una manera, aceptamos los opuestos en nosotras y la reactividad egoica disminuye, a medida que disminuye nuestra inconsciencia, de esta forma ampliamos nuestros límites y nuestro rango de posibilidades de acción. 

Para llegar al reconocimiento de Quien somos, el nodualismo parte de la base de que nuestra percepción es ilusoria, Realmente somos Una, somos todo, solo Dios Es y nada más es. 

Las enseñanzas de Jesús1 nos muestran que Dios Es Amor y que si no percibimos amor, estamos alimentando la ilusión. La ilusión se basa en la idea egoica de quien creemos ser, pero esta idea egoica se basa en la sensación de carencia de amor que buscamos solventar afuera de nosotras, demandando amor a nuestros padres y al mundo. Esta sensación de carencia de amor se basa en la creencia primigenia en la separación y lo que percibimos a través de esta creencia, la ilusión de miedo. Si no estamos en Paz, si no podemos abrir nuestro corazón, seguramente estaremos alimentando alguna de las miles de caras del miedo, como son el resentimiento, la molestia, la desesperanza, la frustración, el orgullo, la preocupación, la vanidad, la envidia, la pereza… reacciones del ego que crean nuestra falsa identidad. Tras estas reacciones hay miedo a no ser amada, reconocida, aceptada… que en definitiva es miedo a la inexistencia, miedo a no ser, miedo a morir.

Somos el Cristo, la Hija de Dios experimentando la individuación temporal en un cuerpo, en el espaciotiempo. Somos una extensión de Dios que experimenta el olvido de Sí Misma y por tanto, de Su Mismidad. Esta explicación puede malinterpretarse como que estamos en relación con Dios y que por tanto hay separación, pero solo es una explicación paradójica para ayudarnos a entender Quien somos. Dios Es atemporal y para experimentar el espaciotiempo creó a lo que llamamos la Hija de Dios y el universo de dos millones de galaxias que conocemos, en el que la Hija de Dios se individuó en trillones de chispas de Luz o Almas que experimentan el olvido de Sí Mismas

Reconocer plenamente Quien somos y que todo Es Amor es Despertar. Ya estamos Despiertas –pero como dice el Taoísmo, no tenemos que hacer nada–, no tenemos que buscar Despertar, solo Reconocerlo, aquí y ahora, profundizando en nuestro corazón, ser conscientes, Ver Paz, Ver la Luz en nuestra Hermana y en nosotras mismas, para salir de la sombra, de la inconsciencia del egocentrismo, para desapegarnos de la ilusión, del sueño de quienes somos. 

El Yin Yang no solo es un símbolo que muestra la complementariedad de todas las cosas, también tiene un movimiento que te permite ver más allá del blanco y negro, si sigues el movimiento del símbolo, verás que ambos colores se mezclan formando un gris, entonces también sirve para reconocer la unidad de todo, tu Mismidad, la completitud, la Verdad que llena la brecha entre tu Hermana y tú, entre Dios y tú. 

Juan Rigo Feijóo 
Terapeuta gestalt y estudiante de Un curso de milagros

Un curso de Milagros, Jesús en comunión con Helen Schucman.
La vía de la maestría, Jesús en comunión con Jayem.
Charlas de Jesús en comunión con Tuttle.
Diálogo sobre el Despertar, Jesús en comunión con Carpenter.